1 provoleta por persona
harina
Dejaremos orear durante un par de horas la/s provoleta/s. Si no están condimentadas le pondremos orégano, romero, tomillo, ají molido (especia típica argentina, es un pimiento seco molido picante) o cualquier otra hierba seca que tengamos. También tenemos la opción de no poner nada.
Pasadas estas horas, pasaremos por harina una de las caras de la provoleta. Esto contribuirá a crear una especie de capa que nos ayudará a que el queso no se desparrame por la plancha.
Encenderemos la plancha y la tendremos a fuego bajo. Tenemos que conseguir una temperatura alta, pero no demasiado rápido para que no se nos queme el queso, no nos interesa esto. Nosotros queremos que el queso quede caliente y medio derretido pero no quemado, por eso es importante calentar la plancha poco a poco. Sabremos que hemos conseguido la temperatura adecuada cuando, poniendo la palma de la mano a un centímetro de la superficie de la plancha, podamos contar hasta 8 sin quemarnos.
La dejaremos hasta que quede dorada, unos 10 ó 12 minutos. Ahí, ayudándonos de una espátula, le daremos la vuelta a la provoleta y la dejaremos 3 ó 4 minutos más, hasta que se empiece a deshacer, no mucho. Y así podremos disfrutar de nuestra provoleta, un entrante delicioso, muy típico en la cocina argentina del asado. ¡Qué aproveche!
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