350 gr de harina
150 gr de harina integral
20 gr de levadura fresca o 7 gr de liofilizada
300 mal de agua templada
8 gr sal
1 cucharada de aceite de oliva
50 gr de semillas variadas
Cómo preparar el pan de molde con semillas
En un bol grande pondremos las harinas y la sal y mezclaremos bien.
Por otro lado, templaremos el agua y disolveremos la levadura en ella. Pondremos también el aceite y removeremos todo.
Ahora, iremos añadiendo al bol de las harinas el agua con levadura y amasaremos hasta que se forme una masa. Quedará un poco pegajosa. Si lo hacemos a mano tardaremos un poco más ( 5 minutos). En el caso de que hagamos la masa manualmente podemos untarnos las manos con un poco de aceite para que no se nos pegue. Ahí incorporaremos las semillas que tengamos ( yo tenía sésamo, girasol y amapola por casa, pero podemos poner de calabaza, nueces...lo que más nos guste) y amasaremos un poco más para que se integre todo. Sacamos la masa del bol y le daremos forma de bola.
Pondremos la bola de masa en un bol previamente aceitado y dejaremos reposar hasta que doble el tamaño, tapándolo con un paño limpio. Pondremos un poco de aceite sobre la masa para que no se seque.
Pasada una hora, hora y media, nuestra masa habrá doblado su tamaño. La sacaremos del bol y la aplastaremos con las manos.
La doblaremos por los cuatro costados y la pondremos en el molde que tengamos preparado, con las dobletes hacia abajo, adaptando la masa a la forma de éste. El molde deberá estar aceitado para que no se nos pegue la masa. Humedeceremos ligeramente la superficie y repartiremos unas cuantas semillas más. Con la mano húmeda también presionaremos para fijar bien las semillas a la masa.
Taparemos con el paño de nuevo, y dejaremos reposar la masa por una hora más. Cuando falten unos quince minutos para terminar el segundo levado de la masa encenderemos el horno a 250°. Cuando ya haya fermentado pulverizaremos con agua la superficie de la masa y las paredes del horno. Haremos un corte longitudinal a la masa ( a mi se me olvidó 😁), bajaremos a 200 la temperatura y meteremos la masa unos 45 minutos, dependiendo de cada horno, o hasta que lo veamos doradito. Lo sacaremos y pasados cinco minutos lo desmoldaremos y lo dejaremos enfriar en una rejilla para que no se nos ablande.
Y con esto tendremos un pan casero, rico y fácil. Envuelto en un paño de cocina o una bolsa de tela nos puede durar fresco hasta una semana, ¡aunque a mi no me dura más de tres días!
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