Ingredientes para hacer chipá o pan de queso
500 gr de fecula o almidón de mandioca ( o harina de yuca)
250 gr de queso semiduro (estilo edam, gouda, de bola, pategrás...)
200 gr de queso duro (estilo parmesano)
150 gr de mantequilla a temperatura ambiente
3 huevos
100 ml de leche
1 cucharada de de levadura química estilo royal
1 chucharada de sal
Cómo preparar chipá o pan de queso
En cuenco grande pondremos el queso parmesano rallado y el queso semiduro que hallamos elegido, cortadito en cubitos de medio cm aproximadamente.
Añadiremos la fécula de mandioca.
Y, a continuación, la mantequilla a temperatura ambiente.
Lo mezclaremos todo con las manos y hacemos un hueco en el centro.
En otro cuenco, más pequeño, cascaremos los huevos e incorporaremos la sal y la leche. Lo batiremos todo.
Añadiremos la levadura química y batimos hasta incorporar.
Ahora iremos mezclando, que no amasando, todos estos ingredientes. Digo que no hay que amasar porque no estamos usando harina de trigo, o sea, con gluten, por lo tanto no necesitamos trabajarlo amasándolo. Simplemente iremos uniendo apretando con las manos todo hasta conseguir una masa compacta. La envolveremos en papel film y la dejaremos entre media y una hora en la nevera, para que coja frío y sea más fácil de manipular.
Pasado este ratito, dividiremos la masa en dos trozos y haremos bolitas del tamaño de una pelota de pinpon. Yo hice primero una especie de churros o cilindros alargados finos y después los dividí en partes iguales, y a continuación borré cada trocito.
Pondremos las bolitas en una bandeja de horno untada de mantequilla o sobre papel sulfurizado y meteremos en la nevera un buen rato, hasta que la masa tome frío. Yo las tuve dos horas.
Encenderemos el horno a 200° y cuando esté caliente meteremos la bandeja directamente de la nevera. Este contraste de temperaturas conseguirá que el chipá quede tierno en el interior y crujiente por fuera. Tendremos nuestros chipás durante 10 ó 12 minutos en el horno, hasta que veamos que están doraditos.
Y ahora viene el paso más importante: comernos esta delicia mientras está calentita, para disfrutar del queso derretido. Con estas cantidades salen 3 docenas de chipás. Si no vamos a comérnoslos todos, podemos congelarlos antes de hornearlos. Haremos la bolitas y las pondremos en un bandeja y las congelaremos. Cuando estén bien congeladas las pondremos en un bolsita y las guardaremos en el congelador. Así podremos disfrutar de nuestros chipás cuando más nos apetezca.
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