Ingredientes para hacer spaghetti negros con shiitake, langostinos y salsa de jengibre (para 4 personas)
350 gr de spaghetti negros
200 gr leche evaporada
1 cebolla mediana-grande
2 dientes de ajo
1 cucharadita de café de jengibre en polvo
1 cucharadita de café de cilantro en grano
10 setas shiitake
12 langostinos
aceite de oliva
pimienta negra molida
sal
Cómo preparar spaghetti negros con shiitake, langostinos y salsa de jengibre
Lo primero que haremos será ocuparnos de las setas shiitake. Si tenemos shiitake frescas, las limpiaremos y cortaremos en tiritas. Reservaremos. Si, por el contrario, tenemos setas shiitake secas, como fue mi caso, tendremos que hidratarlas primero. Las pondremos en agua y las herviremos a fuego lento por unos 20 minutos. Sacaremos del agua y las cortaremos también en tiras. Reservaremos. El agua de las setas se puede utilizar para hacer un caldo o sopa, es un consejito... aquí no se tira nada.
Ahora pasaremos a la salsa. Picaremos la cebolla y el ajo. En una sartén pondremos un poco de aceite y pocharemos la cebolla.
Cuando esté blandita, añadiremos el ajo.
Pasados unos 3 ó 4 minutos incorporaremos el cilantro en grano y dejaremos que se cocine hasta que empiece a soltar su aroma.
Ahí verteremos la leche evaporada, el jengibre en polvo y salpimentaremos. Mezclaremos todo bien para que se integren perfectamente los sabores y dejaremos en el fuego, bajo, hasta que empiece a espesar la salsa.
Pasaremos la salsa a un vaso y batiremos con la minipimer para procesar todos los ingredientes.
Si viéramos que queda poco espesa la salsa, la volveremos a pasar a la sartén y la espesaremos hasta conseguir la textura deseada.
Por otro lado, pondremos la pasta a hervir según indique el fabricante. Colaremos y reservaremos.
En una sartén pondremos un poco de aceite y saltearemos por unos minutos las setas shiitake que teníamos reservadas.
En otra sartén, pondremos un chorrito de aceite y pondremos los langostinos. Los haremos vuelta y vuelta, para que no queden secos, por eso esperaremos a último momento para hacerlos.
Y sólo quedaría emplatar y, lo más importante, sentarse a la mesa y disfrutar de este plato de pasta. Un plato de contrastes: contraste en la salsa, entre la dulzura de la cebolla y el picante del jengibre; contraste de colores, entre el negro del spaghetti y la blancura de la salsa de jengibre; y, por supuesto, los matices contrastados de los langostinos y las setas shiitake. ¡Un plato fácil que sorprenderá a todos!
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