300 gr de harina
175 ml de agua templada
21 gr de levadura fresca prensada
7 gr de sal
1 cucharadita de azúcar
1 cucharada de aceite de oliva
Cómo preparar la masa de pizza estilo italiano
La pizza estilo italiano se caracteriza por su masa fina y crujiente, tostada al punto, como si estuviera hecha en un horno a la piedra. Pero la mayoría de nosotros nos encontramos con un inconveniente: no tenemos un horno a la piedra en casa. Entonces, ¿cómo conseguir esa textura en un horno casero? En este post lo voy a explicar. Pero primero, la receta de la masa de pizza.
En un cuenco grande pondremos la harina y la sal. Mezclaremos bien.
Templaremos el agua y disolveremos la levadura en ella. También añadiremos la cucharada de aceite y el azúcar, y mezclaremos todo muy bien.
Iremos vertiendo la mezcla de levadura y agua en el cuenco de la harina y trabajaremos hasta formar una masa homogénea.
La pondremos en el cuenco y la rociaremos con aceite de oliva para que no se seque la masa. La taparemos con un paño y dejaremos reposar hasta que doble el volumen (una hora como mínimo).
Pasado el tiempo necesario, dividiremos la masa en dos partes. Cogeremos una de las dos y pondremos un poco de harina sobre la mesa de trabajo. Bolearemos para darle forma circular y trabajaremos con el rodillo para aplanarla lo máximo que podamos (2 ó 3 cm como mucho).
La colocaremos sobre una pizzera (molde especial para hornear pizzas) y solo quedará ponerle los ingredientes que más nos gusten.
Esta vez, la hice con jamón, queso mozzarella y champiñones. Es importante, dado que la pizza es muy fina, no recargar con demasiada cantidad la pizza, ya que la base se nos humedecería y no conseguiríamos la textura crujiente deseada. Esto incluye la base de tomate. En Italia suele usarse la passata (vendría a ser un puré de tomate muy denso) como dicha base, y es fácil de conseguir en los supermercados. Pero una opción más barata y fácil, en el caso de que no tengamos passata o un super cerca, es pasar por un colador fino el puré de tomate (el normal y corriente que tengamos por casa), y dejarlo un buen rato mientras hacemos, por ejemplo, la masa de la pizza, para que vaya perdiendo el agua que contiene y conseguir así la textura densa que buscamos, muy parecida a la passata.
Y ahora toca contar el truco...
Calentaremos el horno al máximo (unos 250º normalmente) y cuando veamos que el horno ha conseguido la temperatura necesaria (y deseada), introduciremos la pizza y la dejaremos en el suelo mismo del horno, no encima de ninguna rejilla o bandeja. Cerraremos rápidamente la puerta del horno para que no pierda calor y dejaremos unos 10 minutos, al máximo. Un consejillo: si vuestro horno es eléctrico y tiene ventilador, no lo utilicéis o correréis el riesgo de que se os queme la pizza. Lo digo por experiencia...😌. Mucho cuidado al sacar la pizza con las quemaduras ¡por favor! Y, como siempre, ¡qué aproveche!
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