400 gr. de longaniza fresca
500 gr. judías verdes
2 zanahorias
1 cebolla
1 tomate
2 patatas pequeñas o 1 mediana
2 dientes de ajo
125ml. vino blanco
2 hojas de laurel
sal
aceite de oliva
agua
Con permiso de mi adorada madre de quien aprendí este plato, voy a hacer alguna pequeña variación. Ella, mujer práctica donde las haya, pone todos los ingredientes en crudo y los deja cocer unos 25 ó 30 minutos y con eso tiene suficiente para que le quede un plato espectacular, tanto por su sabor como por su sencillez.
Mi versión no dista mucho de la suya. Ahí va.
Primero troceamos la longaniza, picamos la cebolla, el ajo y las zanahorias, y el tomate lo rallamos. Las judías las lavamos y las partimos en trozos. Reservamos junto con las patatas cortadas en trozos también.
En una olla ponemos un chorro de aceite y los ajos picados. Cuando empiecen a dorarse añadimos la cebolla y la zanahoria.
Salamos levemente porque hay que contar con la sal que lleva la longaniza fresca. Cuando la cebolla empiece a transparentar incorporaremos los trozos de longaniza y los sofreiremos hasta que pierdan el color crudo.
Ahí añadimos el vino blanco y subimos el fuego para ayudar a que se evapore. Pasados unos minutos ponemos el tomate rallado y el laurel y lo movemos todo un poco. Ahora incorporamos las judías y las patatas y lo cubrimos todo con agua.
Dejaremos cocer hasta que las judías estén tiernas, entre 20 y 30 minutos, y ¡a comer!
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