2 cebollas
6 cucharadas de aceite de oliva
1/2 cucharadita de sal
Cortaremos en juliana la cebolla. En una sartén pondremos las cucharadas de aceite y cuando esté caliente incorporaremos la cebolla y la cucharadita de sal.
Iremos pochando la cebolla lentamente durante media hora a fuego medio bajo, removiendo a menudo. Tendremos que intentar que no se nos quemen las cebollas por eso será importante que el calor se reparta uniformemente por toda la sartén y las cebollas. Si vemos que se nos queman, habrá que verter un poco de agua, bajaremos el fuego y removeremos. Dejaremos que reduzca el agua y seguiremos pochando la cebolla. Esto lo haremos las veces que sean necesarias hasta conseguir un color dorado, y así tendremos nuestra cebolla caramelizada. Genial para usar en bocadillos, ensaladas, crepes... ¡Imaginación al poder!
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